Una pausa

Voy a dar una pausa a mi blog, para darle prioridad a la escritura del libro que estoy haciendo con mi amiga Rosa Orozco. Ya tenemos casi todos los capítulos, pero falta afinar mucho la estructura, así que me enfocaré en ello.

Hoy sólo quiero recordar que siempre estoy acompañada de mi presencia. Me gusta llamarle “ser”, sin embargo, no importa el nombre. Lo que importa es reconocer esa parte de mí que es inmutable, eterna, amorosa, siempre presente.

El ser es la pantalla en la que se sostiene todo: mis pensamientos, imágenes, cosas aparentemente físicas, todo.

El pequeño libre albedrío es “cómo decido verlo”. Como una amenaza o como una oportunidad para re conocer eso que soy, ese ser.

Ese ser vive en mí y en todo lo que existe, pero porque creo que yo soy diferente, es que no me reconozco.

He creado toda esta historia de un mundo independiente de mí, que ya no me encuentro en medio de tanto pensamiento y creencias. Sin embargo, nada de lo que piense o crea, altera la realidad de lo que soy: ser, conciencia, inteligencia.

  • Cada vez que reconozco el ser, me uno al todo.
    • Me entrego al todo (llamémosle Dios o vida o inteligencia divina).
    • Cero resistencia.
    • 100% confianza y fe.
  • Y cada vez que yo creo ser el ente individual creado por mis pensamientos, sufro.
    • Dudo, tengo miedo, me siento sola, vacío y por lo tanto, busco afuera algo que me llene.

El tema es que afuera veo desde mis propias creencias.

Como dice un video de Kygalion en you tube:

Si ves por la ventana que está nublado y lloviendo, eso no significa que el sol ha dejado de existir o de brillar. Incluso en la noche más obscura, el sol sigue ahí. Aún ahí.

Mis pensamientos nublan la verdad.

Tiñen el pizarrón blanco. Damos por hecho el pizarrón blanco y sólo vemos la tinta que hemos puesto ahí. Y sufrimos por los dibujos que escribimos, porque hemos creído en ellos, olvidando que hay algo que está sosteniendo esos garabatos.  

La verdad es ese ser que sostiene todo.

Amoroso para que pueda soñar esta experiencia, y vivirla con este vehículo cuerpo, que igualmente es un pizarrón en blanco. Neutro. La mente pinta en él sus garabatos (pensamientos).

El ser, es esa parte de mí que no se ve afectada por nada de lo que sucede, es la parte que me hace uno con mi creador.

A veces me creo ola y me asusto, pero si recuerdo que realmente soy océano, dejo de querer controlar para mejor entregarme a la majestuosidad de la que formo parte y que crea a cada segundo.

Ayer aprendí algo super interesante:

“Cada vez que pides algo desde la carencia, realmente estoy pidiendo despertar, y se me concede”.

Y se me hizo muy interesante, porque en verdad no me doy cuenta en qué momento yo creo una cosa, pero luego suceden situaciones que ponen de manifiesto mis creencias y percepciones. Entonces, cuando eso sucede veo como acto de amor todo lo que me sucede. Acto de amor porque gracias a ese suceso o persona, puedo verme y conocer mis creencias para poder corregirlas.

Y esto lo viví porque si bien, yo puedo decir “no deseo desde la carencia”, el juego de la vida pone de manifiesto la verdadera creencia.

Por eso siempre hay que recordar que afuera me muestra mi contenido mental, y al verlo tengo 3 opciones:

  • Desconocerlo y seguir en lo mismo.
  • Pelearme y seguir en lo mismo.
  • Abrazarlo como parte de mí, saber que soy yo, que son mis creencias. Y desde aquí decidir corregirlo.
    • Si corrijo la visión, podrá pasar lo mismo en la forma física, pero mi experiencia cambia totalmente. La forma de relacionarme con ese “objeto” cambia, y al yo cambiar, entonces sucede la magia.

Cada vez que espero ver el cambio afuera, retraso la magia porque sigo creyendo que es real.

Cada vez que deseo cambiar algo afuera, retraso la magia porque le sigo dando realidad.

En cambio, si dejo de ver la forma y sólo me concentro en mi experiencia, en mi sentir, en mi ser.. llenándome tanto de mí misma, que ya no necesito verlo en la forma física. Ahí se da la magia. Porque la vida refleja la plenitud que soy y estoy viviendo. No que pienso, sino que siento, que soy, qué estoy siendo.

Siempre es: “desde dónde” pido.

Si pido desde la carencia, nuevamente sólo estoy pidiendo despertar y está bien. Todo está diseñado para si o si, reconocerme.

-Ariadna Salazar León