El miedo

Después de convivir 3 días con mi emoción de miedo, por fin he aprendido a verlo con amor. Hoy te platicaré el proceso que me permitió lograrlo, pero en resumen los pasos fueron:

  • Observación
  • Aceptación
  • Rendición
  • Corrección de mi percepción
  • Elección de lo que soy

Bueno, aquí va la historia.

Los últimos 3 días despertaba con mucha ansiedad cada mañana. No entendía bien porqué. Tenía una ligera sospecha, y cuando me ponía hablar con esa emoción, me preguntaba: ¿qué tienes Ari?, ¿qué pasa?, y lo único que encontraba eran emociones de enojo, hartazgo, ira, rabia, ganas de huir y salir corriendo. Cuando meditaba sentía que no podía respirar bien, como si me estuviera asfixiando. Siempre como observadora de mi cuerpo, de mis pensamientos y emociones.

Cada mañana al despertar, me queda claro mi principal objetivo: SENTIRME BIEN.

Así que me levanto 4am para meditar 30 minutos, leer algo inspirador, recordarme quién soy, qué quiero y agradecer.

Entonces el primer día de ansiedad, después de que medité tiempo extra, leí, observé, conversé conmigo misma. Era una desesperación de NO PODER SENTIRME BIEN.

Para estos momentos de mi vida, ya me queda muy claro que mi sentir viene:

  • De mis pensamientos inconscientes, es decir, algo estoy pensando que no ubico bien que es.
  • Si me siento mal no es porque el de enfrente bla bla bla. Ni porque necesito bla bla bla. No. Nada de eso.

Lo que siento no tiene nada que ver con lo de afuera. Digamos: SI ACTIVA EN MÍ emociones y pensamientos. Por eso, lo de afuera sirve para conocer mi contenido mental. Entonces al ver el objeto, persona o situación, “activa” en mí: mis juicios e historia, creencias y demás. Y una vez activado en mí, el siguiente paso es: ¡emoción o pensamiento bienvenido seas!

Y a lo de enfrente: ¡muchas gracias por este regalo que es mío! Gracias por permitirme esta experiencia donde estoy recordando quien soy.  Gracias por permitirme conocerme

Si mi mente culpa a lo de enfrente como la causa de mi sentir. Sí pero no.

Si porque lo de enfrente me permite verme.

Pero la reacción suscitada en mí es mía.

La elección de como verle o interpretarle, es mía. Y ese es el regalo.

El error de la mente es pensar que el de enfrente eligió por mí, los pensamientos en mi cabeza.

Y no es así.

Nadie puede elegir por mí.

Entonces bueno..  continuando con mi anécdota..

Me queda claro que lo que siento es por mi propia elección. Es por la interpretación de lo que hago frente a lo que veo, que me siento mal o me da miedo. No es el de enfrente: Soy yo quien eligí creer lo que creo. Y si mi experiencia está basada en mis creencias, entonces yo soy la responsable de mi experiencia.

Así que el primer día de ansiedad, al reconocer lo anterior, me perdoné por sostener pensamientos que me tenían así, afirmé que no entendía nada y se me ocurrió tomar un libro de Sri Sri Ravi Shankar. Ahí leí:

“Es bueno tomar la vida como un juego, como una diversión. Tú sabes que tú eres Dios y yo sé que yo soy Dios. Entonces juguemos. Cuando partes de ese nivel de conciencia, no hay nada que enseñar. Solamente estar. Ven a sentarte conmigo, quédate conmigo un rato. Eso es suficiente ya que tú y yo somos uno. Esto es el amor, ¿no es así? Es lo que te dice Dios cada día: lo estoy haciendo todo. Ven a sentarte conmigo. Lo que haga falta, lo haré a través de ti. Tu simplemente, déjate vivir”.

Ésta última parte me hizo recordar la clave de vivir, que es: déjate vivir. Acepta lo que está ocurriendo aquí y ahora. Sin resistencia. Confiando que todo lo que sucede esta perfecto. Es parte del show y está bien. Si está sucediendo, es porque así lo quiere Dios. Es su voluntad y entonces está bien.

Así que decidí simplemente sentarme a sentir todo ese alboroto, hartazgo y odio que traía (que no entendía). Y dije: “!va! ¿Quieres sentir eso?, ok me doy el permiso.

Así que me dejé vivir por la vida. ¿Cómo? Me senté y dije: “ok vida, si estoy sintiendo esto es porque así lo quieres. Está bien, aquí estoy. Lo viviré y sentiré.”

Entonces me puse como flojita y cooperando, me relajé para simplemente sentir todo eso que estaba pasando en mi cuerpo.

Así que comencé a sentir piquetes, como si estuviera pasando la energía por mis venas, y en algunos momentos ganas de llorar. Y yo seguía flojita y cooperando, hasta que después de un rato, cuando menos pensé, de repente llegó la paz.

Ese fue mi primer día.

Al siguiente día que volví amanecer con ansiedad, medité nuevamente como de costumbre, pero esta vez quise hacer el doble de tiempo. Así que estuve observando mi sentir durante 1hr en silencio sepulcral, para tratar de entenderla, verla, saber que era, etc. No sé qué pasó que a la hora que me tocó conversar conmigo, sentía demasiado cansancio. Y escribí a Dios que estaba super harta y cansada de tener que HACER algo para sentirme bien. Que por qué no podía simplemente ya estar bien y ya. Entonces le dije: Diosito ya me cansé de todo. ¡De todo todo! De mi, de ti, de todo.

Sé que es una tontería y te pido perdón por decirte esto. Pero es que ya me cansé. Y la conversación conmigo misma siguió así:

Ya me cansé de buscar, de hacer, de trabajar, de escribir, de escuchar, de todo lo que tengo que hacer para estar bien. ¿Porque siempre tengo que hacer algo para estar bien? ¿No puedo simplemente estarlo y ya?, ¿Porque tengo que hacer cosas Diosito? ¿Por qué no encuentro La Paz en mi corazón si se supone que esta aquí, y siempre ha estado? ¿Porque le doy vueltas al asunto? ¿por qué? Ya quiero sentirme bien, tener la abundancia que sé que hay ya existe. Ya quiero todo eso que se espera de mí, lograr mis sueños.

¡Sé que es una tontería desearlo!, sé que es una tontería poner mi felicidad en esas cosas tan ilusorias. Pero así lo siento diosito, ayúdame a quitarme esos deseos. De pensar que necesito hacer algo. Que necesito ganar algo. Ayúdame a simplemente vivirte en  mi corazón y ya. Aquí y ahora, sin tener que esperar algo diferente.

Creo que desear algo diferente a ti es el problema. Desear una ilusión, pasajera y perecedera es el problema. Querer escapar de algo inexistente (porque sentía mil ganas de salir corriendo. Pero ¿a dónde? No hay lugar a donde pueda ir, que no me lleve. A donde vaya, va conmigo mis emociones)

Pero bueno.

Diosito. Me molesta tener mi cabeza llena de ideas y cosas que tengo que hacer. Levantarme temprano para arreglar mi sentir

Ya solo quiero sentir paz. Ya. Ya no quiero tener que hacer algo para estar contigo en paz.

Entonces, ayúdame a reconocer que lo que busco está en mí.  Y que haga lo que haga ya estoy donde deseo estar.

Pero bueno, me siento como si no encontrara la salida.

Como si no viera cambios en mi

Como si hiciera e hiciera y todo sigue igual

Me siento desalentada, triste, enojada, cansada. Todo Diosito.

Pero bueno.

Es ir un momento a la vez.

Te entrego todas mis expectativas, necesidades y deseos. ¡Todo! reconozco que tu eres la única fuente de todo. ¿Sabes como me siento?

Como enojada.

Pero me recuerdo: NADA IMPORTA ARI. NADA IMPORTA. LO UNICO QUE IMPORTA ES QUE ME SIENTA BIEN.

Si me rechazan, si no quieren darme cita, si no cierro, si se arrepienten, weeeey me vale una tostada ya…

Estoy harta ya de que me importe.

Me vale yaaaaaa

Neta estoy enojada, pero es conmigo.

Quizás deba reconciliarme conmigo por desear el éxito de un negocio, por desear que me traten bien, por desear ganar mucho dinero y ser feliz.

Nada de eso tengo o mejor dicho, eso quiero creer, porque en realidad todo lo que deseo se me ha dado, pero no quiero verlo y quizás por eso también me enojo. Por creer que no lo tengo.

Pero bueno hasta que me canse. Que según yo ya.

Pero mira.. recibo mensaje de x persona y qué pienso: ¿qué me va a decir?

Ari, que me diga lo que me tenga que decir, ya no quiero depender de una $%#%#$ ilusión para estar bien.

Renuncia pues a estos objetivos sin sentido. Que sólo te traen desdicha, insatisfacción y falta de paz. Reconoce en su lugar que ya eres todo, aquí y ahora. ¡No necesitas esperar nada!, ¡ni a nadie!

Reconoce que estás completa y reconoce tu perfección.

Nada importa Ari. Sólo que te sientas bien.

Afuera es una ilusión. Afuera no hay nada que me dé lo que yo ya soy.

Afuera es una ilusión. No hay nada que esperar de afuera. El futuro sólo es una idea. Sólo está este presente para ser feliz. No hay otro tiempo donde pueda estarlo, más que aquí y ahora.

Afuera no hay nada que me pueda hacer feliz, porque yo soy la que da el significado a todo. Yo soy la fuente de felicidad, no al revés.

Afuera sólo son átomos vibrando, que siguen a mi nivel de conciencia. Afuera es una ilusión.

Afuera es una ilusión Ariadna

¿Qué estás esperando para SER?

Deja ya de mirar afuera

Deja ya de temerle afuera

Deja ya de hacer afuera

Ariadna ES UNA &$%$/%  ILUSIÓN

Afuera es una ilusión

Tu ser no depende de afuera

Abandona esa falsa creencia ya, de una vez y para siempre.

Después de hacer este escrito mientras lloraba. Sentí una paz tan inmensa. Que ya todo lo que ocurría afuera, me daba igual.

Si llegaba un pensamiento acerca de “necesito hacer llamadas” o “No he hecho mis pendientes” o cualquier pensamiento preocupante por hacer. Ya simplemente me recordaba: Ariadna, afuera es una $%&#& ilusión. Una ilusión.

Terminé todo lo que tenía que hacer con mucha paz en mi corazón ese día. Después de que, durante 3 días, no lo lograba terminar mis pendientes, porque no me sentía bien.

Pero bueno, en este día la paz estaba en mí.

Y así llegó la noche.

Esperaba al papá de mi hija con quien he intentado estar con él en muchas ocasiones. “Tiburón 6” dice él de broma, refiriéndose a las películas que son continuación, pero que siempre es lo mismo.

Después de 3 semanas estables, los últimos 3 días llenos de ansiedad. Supongo que es una reacción a la estabilidad y cercanía que percibía. Pero bueno, ya no soy la misma que corría, abandonaba o juzgaba.

Y después de dos días de estar con mi sentir, lo recibí tranquilamente para cenar.

Entre platica y preguntas, comentó que ya venía él a “mandarme a la chingada”, así de educado el muchacho. Pero yo, super en paz y tranquila escuchaba todas las razones por las que no le veía caso seguir con la relación. Y chistoso porque en la ultimas 3 semanas de estabilidad, las vivimos con mucho amor, dulzura y esperanza. Muy maduros y pasándola muy bien.

Pero esta noche, venía diferente. ¿Y yo?

Yo lo escuchaba con una paz, que dije “wow”. Antes hubiera llorado, enojado, juzgado y por supuesto que yo primero lo hubiera mandado la chingada. Pero no. En esta ocasión no fue así.

No fue así, primero porque yo ya había venido trabajando con mis miedos, frustraciones, ansiedades, encabronamientos, bueno, toda mi basura. Ya había visto en mí, toda esa bola de sensaciones que están de la chingada, que están de la fregada. ¿Crees que los comentarios de él, tuvieron efecto en mí? Jajaja

¡Por favor!

Al contrario. Lo vi con tanto amor. Porque comprendía que todas sus palabras eran las mías. Que mi ego hablaba a través de él.

Yo ya no tenía nada que decir, poque ya me daba igual, si en la mañana desayuné hasta más no poder la idea de que todo era una fregada ilusión.

¿Crees que iba a tomarme algo personal?

No.

Nada.

Nada.

Nada.

Simplemente lo escuché, comprendí, entendí y le dije:

Mira, yo no tengo en mi historia una familia feliz, estable y amorosa. ¿Estar contigo de esa forma tan fácil, fluida y tranquila; como me lo pides? ahorita no. Pero he elegido estar contigo a pesar de lo que siento, porque entiendo que tú eres un gran hombre que vale la pena intentar.

Si tu no quieres seguir conmigo, adelante. No tengo problema.

Yo enfrentaré mis temores contigo o con alguien más. Lo único que tengo claro es que si quiero tener una pareja con quien pueda vivir una experiencia de amor. Si tú me sigues tratando con la dulzura con la que me has venido tratando las últimas 3 semanas; yo seguiré a tu lado aprendiendo amar.

Al final sólo me dijo: prométeme que si te vuelves a ir, ya no volveremos nunca más. Porque yo ya me cansé.

Está bien, así será. Le respondí.

Entonces, bueno.

Hoy que escribo mi blog. Me despierto nuevamente con ansiedad. Pero esta vez, la puedo observar desde otra posición. Ya sin temerle o rechazarla. Ya nada.

Simplemente cuando medité la observé como lo que es: una %/#”%&$ ilusión.

¿Qué más?

No hay más. Si sólo es una ilusión.

Así que me posicioné en EL AMOR QUE SOY, y desde ahí decidí abrazarla.

Fue algo hermoso.

Porque olvidé comentar. Un día antes me la pasé pidiendo perdón por sostener pensamientos que me generaban ansiedad.

Pero hoy. Ni siquiera era necesario el perdón, al reconocer que no era nada. Que eso que tanto temía, no era NADA.

Sólo una ilusión en la que, en algún momento de mi vida, decidí creer y darle vida. Pero era yo quien le daba ese poder, y luego me asfixiaba de miedo.

Pero ya no.

Y ahora comprendo que todo es un regalo de amor. Porque mi miedo me permitió reconocer el amor que soy.

-Ariadna Salazar León