¿Qué tan espiritual soy?

El día de hoy te platicaré como he vivido el tema espiritual desde la infancia y hasta ahora.

Mis papás no eran tan religiosos, es decir, nunca me llevaron los domingos a misa, sin embargo, de niña me tocó ir a un colegio católico durante mi primaria. Ahí me enseñaron la idea de un Dios separado de mí, al cual debía adorar y acatar ciertas reglas para que fuera aceptada por él. Al principio, mal que bien, yo acataba reglas para llevar la fiesta en paz; pero más adelante, en preparatoria, cuando comencé a leer libros de filosofía e historia, me di cuenta del lado obscuro de la religión católica. Todo lo que leí me hizo dudar, no sólo de la religión, sino hasta de la existencia de Dios. Así que hubo un tiempo que me volví atea.

Fue en el último semestre de prepa cuando siendo atea, sentía una necesidad de algo más. Ante este llamado llegó a mi vida el libro: Amistad con Dios de Donald Walsh. Leerlo fue una grata experiencia, pues comencé a percatarme de una presencia que me acompañaba a donde quiera que yo iba. Y que además sabía antes que yo lo que necesitaba.

Fue tan linda experiencia que terminé por leer la colección de 5 libros. Y con ello experimentar una expansión de amor a toda la humanidad.

Lamentablemente en aquel entonces, no sabía el conocimiento número 1 (del paso 2) que en mi blog te comparto: la repetición. Si tan sólo alguien me lo hubiera dicho, hubiera puesto más atención, para mantener más tiempo la magia de aquella época. Pero bueno, olvidar el conocimiento es parte del show.

Estando en universidad quise meterme en el tema de pareja y perdí por completo todo lo que había ganado en el tema espiritual. Me metí de lleno a vivir la vida con todos los claro obscuros que albergaba en mi mente, siendo todo un relajo por no saber manejar, ni entender mi contenido mental.

Fue hasta que terminé la universidad y que comencé a trabajar, que decidí dejar de lado el tema de pareja, para enfocarme en lo profesional. Ahí leí mucho sobre técnicas más enfocadas a la mente, visualización, programación, etc. Trabajé mucho y con entusiasmo me fue bien, hasta que tropecé con temas de pareja, para no variarle, y me volví a perder.

Como pude, pasé todos esos años laborales, con errores y retrocesos. Sólo recuerdo una vez que la estaba pasando tan mal, que si le escribí una carta a ese Dios ausente en mi vida para decirle: “ya no puedo más con esto”.  De ahí, no volví a tocar el tema espiritual, sino hasta que estuve viviendo en México, ya casada con un hombre que no he vuelto a saber de él. En medio del agotante, programado y estipulado mundo corporativo de Banorte, al ser tan rutinario, todas las mañanas llegaba a las 6am al gimnasio que estaba a lado de mi edificio en Santa Fe. Llegaba de noche a mi trabajo, y me iba de noche. En ese gimnasio hacia yoga. Y de ser tan constante, noté que ciertas cosas comenzaron a cambiar: comencé a sentirme mejor y mejor. Adicional, una persona de mi clase, me invitó a un grupo de YO SOY. Así que aún recuerdo como repetía mis frases de Yo Soy, pero la verdad es que no lo entendía ni poquito. Además, me reunía para meditar con ellos. Duré muy poco ahí porque a pesar de que me estaba yendo mejor y mejor; de repente sin previo aviso, la vida me cambió los planes.

Recuerdo que fue un viernes que estaba recogiendo mi primer carro del año, cuando mi jefe, que tenía apenas 1 mes de serlo, me habló por teléfono para que fuera a su oficina. El lunes tenía cita para la firma de la compra de un departamento en Santa Fe, y cual va siendo mi sorpresa que, al llegar a la oficina de mi jefe, me informa que la empresa había decidido liquidarme.

Mi primera reacción fue entrar en shock, luego depresión y finalmente decidí regresar con ex esposo, pues para ese día ya me había divorciado.

El chiste es que, hasta ahora, la espiritualidad siguió dormida.

Me fui a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas con mi ex esposo. De ahí a los 8 meses me separo para irme a Guadalajara donde comencé mi hermosa profesión.

¿En qué momento me hizo ojitos la espiritualidad?

Cuando me di cuenta que los asesores más exitosos de la compañía, eran super espirituales. En alguna ocasión recuerdo que una asesora que estimo comentó en una plática: “Dios me mandó a los referidos que necesitaba para cumplir x campaña”.

Después en otra conferencia, una asesora que admiro mucho, comentó: “Mi éxito lo debo primero que nada a Dios”.

Con cada discurso escuchado, yo decía: “!Ah caray! Pues yo también quiero que Dios me ayude como a ellos”

Y he de decirles que asi lo hice. Decidí entrarle a lo espiritual. Y en el año que mejor me ha ido, al dar yo la conferencia y preguntarme que cómo le había hecho para tener tantos clientes, mi respuesta fue: Realmente yo no lo hice. Lo hizo la vida por mí.

Vida, Dios, Jesús, Divinidad, Espíritu Santo. No importa el nombre. El chiste es que te interese vivirlo. Descubrirlo y agregarlo a tu vida para que tengas mayor plenitud.

Hoy he comprendido que la espiritualidad se puede vivir desde 3 visiones: dualista, subdualista y no dualista. Ya que publique mi libro con Rosa Orozco, podrán comprenderlo mejor. Pero mientras tanto te diré de forma sencilla de que trata.

La visión Dualista me ha enseñado a un Dios separado de mi. Donde tengo que portarme bien para cuando me muera pueda ir al cielo.

Puedo apostar que la mayoría de las personas vivimos desde esta visión. Incluso los asesores de mucho éxito.

Por otro lado está la visión subdualista donde Dios no está separado de mi, pero necesito hacer conciencia de esta verdad, para poder vivirlo, sentirlo y verlo en todo lo que soy.

El cielo y el infierno se viven aquí con mis propios juicios y pensamientos. Por lo que, dependen de mi capacidad de ser consciente y poder vivir en paz y amor.

Por último tenemos la visión no dualismo donde Dios está en mi, esté consciente o no. Me respira quiera o no.

Yo soy, no importa si me siento en paz o conflicto, Yo soy. Y esto es así porque yo no soy mi cuerpo, ni tampoco mis pensamientos. Sino que SOY una con Dios en espíritu todo el tiempo y en todo momento.

Por lo tanto aquí, no hay tiempo y siempre estoy a salvo.

Siempre SOY, no importa que piense o que suceda en lo físico. No hay nada que perturbe esta verdad.

Con todo esto lo que quiero comentarte es que, en la medida en que mi espiritualidad se acerca a lo no dualista, mi vida se experimenta de maravilla.

Normalmente me atoro en el subdualismo, pero hago intentos diarios por vivir momentos no dualistas.

La mayor parte de mi vida he caminado lejos de lo espiritual. Pero al final comprendo que todo es perfecto tal y como sucede todo es perfecto, porque todos los caminos me llevan a la experiencia de ese YO SOY.

Hoy comprendo que entre más espiritual soy, más plena, feliz y abundante soy.

Y lo he vivido como un proceso:

Primero, lo aparentemente físico me atrajo, haciéndome creer que eso me daría felicidad y plenitud. Así que mi propósito principal era tener la forma física.

Segundo, cuando obtuve todo lo que quise no fue suficiente, me llegó un vacío; por lo tanto concluí que sólo era un espejismo.

Porque si.. primero quise explorar la espiritualidad para ser como esos asesores exitosos.

Pero cuando lo logré, no saben el sentimiento de vacío que tuve que pasar.

Una vez manejándolo, si volví otra vez a lograr otros tantos logros; pero de nuevo cuando lo logré, me topé con apatía y vacío.

Comprendí así, a sopetones, que nada físico me dará lo que quiero. Que realmente lo físico no llena nunca. Así que sólo así pasé al 3er paso, la busqueda de la felicidad a través de lo no físico. Lo cual es eterno.

Entonces, ante la pregunta: ¿Qué tan espiritual soy?

Puedo decirte que mucho.

A veces de forma dualista, otras subdualista y pocas no dualista; pero si es una variable que tengo muy presente. Y que realmente hago todo por vivir desde el no dualismo.

En el siguiente blog te platicaré las actividades que hago para reforzar mi espiritualidad.

Con mucho cariño, Ariadna Salazar León.