¿Para qué estoy aquí?

“Estoy aquí para reconocer el amor que soy” me dijo hace unos días mi estimada amiga y colega Rous Orozco. 

Estoy aquí para perdonarme cada que pienso que me falta algo o que algo está mal.

Hoy encontré una nota que escribí hace un par de años que decía:

Ocurra lo que ocurra, está bien, es perfecto.

Todo es perfecto.

La paz está en el disfrutar, comprender y valorar eso que ocurre.

A la mente que crea esta experiencia, le encanta manifestar sus deseos y ocurrencias. El problema es que se le olvida que la felicidad no está en lo manifestado, sino en su capacidad de manifestar.

Repito: a la mente se le olvida que la felicidad no está en lo manifestado, sino en su capacidad de manifestar.

Se emboba y se engancha con la forma física y por eso se le olvida su naturaleza maravillosa de manifestar.

Por eso estoy aquí, para recordar que soy parte de esta mente, que ya es todo y tiene todo.

Chistoso, porque en verdad creo que no sé manifestar, cuando en realidad siempre lo estoy haciendo.

El problema comienza cuando creo que mis deseos son contrarios a lo que acontece. Que juzgo como “incorrecto” o “que está mal” lo que ocurre. Cuando en realidad, todo lo que sucede es una muestra de mi nivel de conciencia: de saber quién soy y que soy. No como cuerpo físico, ni la historia que me cuento de o que soy o esperan de mí. Sino como un ser unido al todo, que observa todo y que crea todo.

Es importante la aceptación de lo que es. Porque es la única manera de asumir mi responsabilidad en todo lo que acontece, y por ende asumir el poder que tengo.

Ahí comienza mi capacidad de manifestar, cuando me responsabilizo de todo lo que me sucede. Pero no para sentir culpa, sino perdón.

Perdón por manifestar cosas que no van acorde a lo que soy y deseo.

Y desde el perdón, elegir diferente.

Estoy aquí para expandir el amor que soy.

Estoy aquí para crear la experiencia que se me antoje y que represente el ser creativo que soy.

Muchas veces se me antoja vivir ciertas emociones o situaciones, que son diferentes a lo que dicta mi mente de lo que debe ser o sentir. Cuando existe este conflicto, es una oportunidad para conocerme, escucharme e integrar. No luchar contra aparente separación o disociación entre mi mente consciente e inconsciente. Sino más bien, abrazar ambos pensamientos (uno manifestado como emoción por ser inconsciente) y el otro como un pensamiento consciente.

Que batalla es tan más simpática, cuando puedo observarla como mera espectadora de mi mente.

Cada situación está para mí, para que yo pueda elegir con que visión quiero vivirla.

Elijo la mejor versión de mi: la consciente, la inteligente, la que me genera paz y amor.

En otro momento de mi vida comprendí que:

Yo soy un ser de luz-energía, que se realiza y conoce a través del otro. No necesito demostrar nada a nadie, ni si quiera a mi misma. Sólo disfrutar, amar y servir. Porque en el dar, recibo al instante.

Soy más que mi historia y recuerdos. Suelto esa ilusa imagen creada por mi mente, o en su defecto, creo una imagen que desee experimentar; pero sólo por hobbie y diversión. No porque la necesite.

Estoy aquí para maravillarme de todo lo que acontece a mi alrededor; porque vivo gracias al amor que me tiene cada célula de mi cuerpo, cada átomo de cada “cosa” aparentemente física. Vivo gracias a la existencia completa que alinea todo para mí. SOY gracias al conjunto del todo al que pertenezco. Y decido ser fiel a mi creador que sabe más que yo y que me da todo para ser feliz.

Existen muchas formas de ver el mundo que veo. Elijo verlas desde el amor.

Si lo que veo, me lleva a la alegría es real y me llevará a lo que realmente soy y deseo.

Éxito es amarme. Éxito es escuchar la voz de mi ser superior, mismo que se reconoce porque al escucharlo me da paz. Sólo lo que es amoroso es cierto, porque todo está basado en el amor.

Éxito es aprovechar cada momento para disfrutarlo.

Que acepte como verdad, únicamente aquello que me hace feliz.

Y todos los pensamientos que me generan tristeza, preocupación y dolor; entregarlos a mi ser superior.

Estoy aquí para enfocarme en lo que me gusta, en ser feliz, disfrutar, amar y ver lo mejor de mí y las personas como mi espejo.

-Ariadna Salazar León