Como mantenerme en la cuerda floja

En el blog anterior te hice un resumen de los pasos que utilizo para manifestar mis deseos y sobre todo, te compartí el último paso que es mantener un estado emocional de felicidad.

Te comenté que el proceso para mantenerme feliz, era como la persona del circo que tiene que ir de un extremo a otro en la cuerda floja. Donde la atención a su interior (que es su equilibrio) era lo que determinaba si llegaría a su destino o no. Si se distrae se cae. Pero si se mantiene atento a su interior, logrando un estado de equilibrio constante, llegará a su meta.

Yo te propongo lo mismo. Que seas como esa persona. Consciente de que para llegar a mi destino (o manifestación deseada) debo, si tener claro a dónde voy a llegar, pero más importante que el destino final, es enfocarme en mi caminar. ¿Cómo estoy caminando? ¿Distraída? ¿Triste? ¿Preocupada? Si voy caminando con esas emociones, me voy a caer, me dolerá y manifestaré situaciones de mí, en el piso estrellada.

Pero, si camino bien enfocada en mi sentir, en mi presente. Paso a paso. No importa que suceda afuera, yo enfocada en sentirme bien, feliz y plena. Cuando menos piense, llegaré a donde quiero, que de hecho:

  • Si me siento feliz ¡ya llegué a donde quiero!.
    • Aunque mi mente me muestre la ilusión de la forma física. Si en verdad me siento tan feliz y plena, ¡lo demás ya no importa! Y ya no importa porque sólo es una proyección de mi plenitud.
  • No hay un lugar a donde ir como tal, pues sólo existe este momento presente. ¡No hay más!
    • Aunque mi mente me muestre la ilusión del tiempo futuro prometedor.

Entonces hoy quiero dedicar este blog a: ¿Cómo hacerle para mantenerme atenta a mi sentir? y una vez que estoy atenta, en el siguiente blog te platicaré ¿Cómo hacerle para que mi sentir sea de felicidad? Es decir, un tema es la atención y el otro mi sentir.

¿Cómo le hago para mantenerme atenta a mi sentir?

Primero siendo consciente que afuera sólo es una proyección de mi estado de conciencia y estado emocional. Que afuera no es tan importante como adentro de mí. Aclarando que realmente no hay afuera ni adentro, pero lo expreso así para fines educativos. Si afuera corresponde a mi adentro, entonces es un solo estado en movimiento. Pero este movimiento también es ilusión, porque el ser es inmutable y eterno. No está sujeto a cambios.

Digamos pues, que estamos como un sueño donde vemos adentro, afuera y movimiento, pero realmente no es real ese sueño. Realmente no hay afuera, adentro ni movimiento. El tema es que la mente al crear esta experiencia, cree en su creación y  cree que es real lo que le acontece, aunque realmente sólo sean pensamientos.

Como cuando tienes un sueño y en verdad lo viviste super real. Lo sentiste completamente real, pero aun así, sigue siendo un sueño. Fue sólo un sueño.

Entonces, dado que estamos en esta experiencia aparentemente física y real, es que voy hablar de afuera, adentro, manifestación y movimiento.

 Y aquí el tema es: ¿dónde inicia todo? ¿En lo físico o no físico? Y la respuesta es: inicia donde está tu control.

¿Puedes controlar la forma física? Quizás sí, pero es cansado y no siempre sucede como queremos. ¿Puedes controlar lo NO físico? En primera instancia no, porque simplemente sucede. Sólo te llega el pensamiento y la emoción, pero si eres capaz de observarlo, puedes decidir qué hacer o pensar con eso que observas. Ahí está nuestro libre albedrío.

Entonces, como sé que afuera sólo es una proyección de mis pensamientos y emociones, decido abandonar todo intento de querer cambiar la forma física. Porque comprendo que si quiero un cambio en mi vida, es más difícil hacerlo en la forma física. Más cansado. Además casi podría decir que ni siquiera se puede.

Una ocasión recuerdo que un cliente quería cancelar, y por más que le insistí, es más hasta le dije que yo la pagaba la póliza. Pues no quiso. Nada en el mundo podía cambiarlo de opinión. Frustrada recordé: Ari, ¿qué te está mostrando? Que no es por ahí el camino. No es afuera la solución.

Y lo comento porque en otras ocasiones donde mis clientes ya están decididos a cancelar, yo abandono cualquier intento de querer cambiarlo, y en lugar de ello, reconozco que la situación está siendo generada por estado emocional mío; y lo que hago es enfocarme mejor en mi sentir, en estar más feliz y plena. ¿Y qué sucede? El cliente cambia de opinión mágicamente.

Parece mentira, jaja pero es real. Así me ha pasado en varias ocasiones.

Siempre he dicho que cuando estoy alineada a mi interior, que está unido con esa fuerza de amor, paz y plenitud; todo se da de forma natural, sin estrés, sin esfuerzo. Muy hermoso.

Incluso, me ha tocado que el prospecto me dice:

-Oye Ari, debo confesarte algo. Me buscó otro asesor a la par de ti.

Abre su celular y me pone un audio donde el otro asesor le dice: Hola, ¿Cuándo nos vemos?, Ahorita tenemos promoción de meses sin intereses y es más, te regalo el primer mes de tu plan para que ya te animes.

Escuchar eso me impactó muchísimo, porque el prospecto realmente ni siquiera amigo mío era, y en cambio ese asesor si era su amigo. Cuando le pregunté que porqué me había elegido a mí,  sólo me dijo que se sintió mejor conmigo.

A mi este tipo de situaciones me impresionan.

Pero bueno, regresando a la pregunta: ¿Cómo le hago para mantenerme atenta a mi sentir?

Primero siendo consciente que afuera sólo es una proyección de mí, y por lo tanto, no me atrae nada de lo que sucede afuera. Lo veo, pero no me genera una emoción de necesidad, atracción o hipnosis.

He de confesar que cuando comencé a trabajar mi parte de pareja, fue lo que más me costó abandonar. Tarde casi 2 años para abandonar el deseo de estar con alguien. Era tal mi fijación por estar con alguien, que en verdad estaba hipnotizada. Lo único que sucedía era que topaba con pared todas las veces. Ya hasta que gracias a Dios me cansé, por fin pude abandonar ese deseo.

Ahorita, no es que ya no quiera tener pareja. Si quiero pero ya no me hipnotiza, ni me estresa, ni me nada. Ya x. Ahora lo veo diferente. Ahora creo que el amor que siento por mí, es lo que comenzará a reflejar mi exterior, con una pareja linda. Tal cual reflejo de mi. Y yo lo valoraré como lo que es: una manifestación de mi estado de conciencia que disfrutaré pero sin apegos.

A diferencia, que en lo profesional, si me costó trabajo desprenderme de las metas físicas, pero no tardé tanto tiempo en lograrlo. Quizás unos meses, pero no llegué a más de un año.

Y entonces era muy bonito que veía mis resultados maravillosos, y yo me alegraba de saber que realmente sólo reflejaban mi nivel de plenitud. Y muy agradecida con la vida por brindarme todo eso, sin que tuviera que trabajar tanto, sino con procesos previamente escritos por mí. Diseñando mi día ideal, muy agusto y feliz.

Entonces nuevamente: ¿Cómo le hago para mantenerme atenta a mi sentir?

Primero estando convencida de que en verdad no hay mucho que hacer afuera. Yo diría que sólo es definir qué quiero ver manifestado (mi espejo) y ya. Pero soltando eso que quiero ver, porque realmente no lo necesito para ser feliz, pues la felicidad está en mí, y aquí. No hay otro lugar ni tiempo.

Una segunda forma de  mantenerme atenta a mi sentir, es a través de hábitos y rituales que me recuerden que lo más importante es mi sentir. Darme mi espacio y tiempo para preguntarme ¿cómo me siento? Meditar todas las mañanas me ayuda a limpiar impresiones que mi mente obtuvo durante el día o de un día anterior. Porque la mente se queda atorada en lo que ve y siente. Y cuando medito, eso pasa más fácil y rápido logrando estar sin pensamientos y por lo tanto más presente.

Porque recuerda que la mente está en pasado-futuro-pensamientos. Y cuando hay silencio, no esperas nada, no hay nada por lo cual estar mal. Todo es perfecto justo en este instante presente.

Entonces genera ciertos hábitos o rituales que te permitan recordar el amor que eres y que sólo importa tu sentirte bien.

En ocasiones cuando estoy muy distraída, hasta alarmas me pongo durante el día para ver como estoy. Y si no me siento bien, hago ejercicios como los que te compartiré en el siguiente blog, para sentirme bien.

-Ariadna Salazar León