La congruencia entre lo que quiero y ser feliz

En el blog anterior te comentaba que la fórmula para manifestar lo que deseo es:

  1. Tener claro lo que quiero
  2. Sentirme feliz y plena

Para que funcione debe existir CONGRUENCIA en cada uno de los puntos y también entre ambos. Hoy toca platicar entre ambos, dado que los dos blogs pasados expliqué le congruencia de cada punto.

Existen 3 áreas donde debemos ser congruentes:

  1. Lo que creo que quiero (pensamiento-mente)
  2. Lo que siento que quiero (pensamiento inconsciente-mente)
  3. Lo que hago (cuerpo fìsico-comportamiento)

He pasado por situaciones donde digo que quiero algo, pero mi emoción me lleva en otra dirección y por consecuencia, mis acciones también van en el sentido de la emoción. Generardo conflictos en mi. Te comparto 2 ejemplos.

  • Pensar “confío en Dios” pero sentir ansiedad.

Ahí es importante detenerme para modificar mi sentir, ayudandome del plano mental con frases o escribiendo conversación con mi emoción. O simplemente subir al plano espiritual y pedir corrección en mi inconsciente.  Reconocer que todo está bien aquí y ahora, pero que una parte de mi está viendo algo que “no está aquí”, que no me permite ver con claridad las bendiciones de la vida.

  • Otro ejemplo de incongruencia es cuando digo que quiero manifestar resultados de ventas, pero en realidad mi actuar está dirigido a sacar pendientes.

De esto me doy cuenta cuando esucho mi emoción de “tengo que sacar pendientes”, y mi cuerpo se dirige sólo a eso. Porque logro arreglar mi emoción para sentirme en paz; y ¿adivina que resultado obtengo? ¡Que por fin tengo tiempo de sacar los pendientes! ¿y los resultados profesionales? Bien gracias. Jajaja Entonces se los desmenuzo

Digo: quiero ventas, pero yo creo que sacando pendiente llegaré a las ventas. Entonces pido sacar los pendientes (cambiando de objetivo). Y no lo pido verbalmente, sino con mi atención y preocupación. Y si bien, al principicio mi sentir no es el correcto, cuando lo corrijo, lo que se cumple es el 2ndo objetivo. Y no el primero.

La solución a éste relajo es que me concentro en la emoción de cómo sería si ya tuviera los resultados de venta que quiero. ¿Deseando sacar pendientes? No. Claro que no. Cuando llego a mis metas, ya todo está dado y hecho. No tengo que preocuparme por los pendientes.

Entonces dejo de darle tanta importancia a los pendientes, para darle más improtancia a mi sentir de paz, felicidad y dicha. Ya que me siento super mega bien, entonces saco pendientes, pero con toda la tranquilidad del mundo. Y entonces si comienzan a darse los resultados de ventas. De hecho cuando comienza a manifestarse casi siempre ni chance de sacar pendientes, pero ya no me importa porque estoy teniendo los resultados de venta que quiero.

El tema es enfocarme en lo que quiero. ¿Quieres sacar pendientes? O ¿quieres llegar a las metas? Cada una se siente diferente.

En una ocasión tenía que sacar referidos de unas llamadas para clientes. Tenía un mes para hacerlo porque era a través de una rifa y ya teníamos la fecha para realizarla. El trabajo de ventas que estaba dando resultados era tanto, que nomás no me alcanzaba el tiempo para hacer las llamadas. Pero yo no me preocupaba. Cero que pedía tiempo para hacer las llamadas. Cero. Aún así, si las tenía en mente pero sabía que se darían cuando tuvieran que darse. Y no me preocupaba, porque veía resultados de venta. Pasó casi el mes y justo unos días antes, la vida me hizo un espacio en mi agenda, hice algunas llamadas y con esas pocas saqué tantos referidos como si hubiera hecho el mes completo de llamadas. Porque los pocos que llamé me dieron demasiadas personas. ¡Creo que nunca había tenido tantos referidos! Recuerdo perfecto que pensé: una vez más compruebo la teoría de tener claro lo que quiero mientras me siento feliz y plena. Cero preocupación. Mucha fe y confianza en el proceso que permito se desarrolle.

Entonces, te invito a que analices la congruencia entre lo que quieres y como te sientes. Porque  si lo sabes manejar correctamente, obtendrás lo que tu corazón quiere, y no lo que dices que quieres. Y como te decía, en mi caso es común que me meto en las actividades del día a día y olvido por completo mi sentir. Y no es sino hasta que veo que me estoy cansando y no estoy obteniendo los resultados, que pongo pausa a lo que estoy haciendo para entonces dar prioridad a mi sentir. Sólo así alineo mi sentir, con lo que realmente quiero.

Si lo que haces no te está dando resultados, tu también decide poner pausa para enfocarte en tu sentir. Dices que quieres algo, pero ¿realmente tu sentir va en esa dirección? He ahí el dilema.

-Ariadna Salazar León