Ejemplo del 7mo al 11vo conocimiento

La práctica personal de conocimientos comenzó en el ámbito profesional del 2017 al 2020. Y en el 2ndo semestre del 2020 a la fecha los he puesto en práctica en el ámbito personal.

Como ya les había dicho, ha sido más complicado aplicarlo en lo personal que en lo profesional. Demasiadas ideas locas, raras, miedos, etc que he tenido que aprender a ver en mí, aceptarlo y verlo sin que me quite la paz.

Gracias a que primero lo practiqué en el ámbito profesional, es que he podido salir de algunos bucles en los que me he metido en lo personal.

Hoy entiendo que la vida sólo es un indicador que me muestra que tan alineada estoy a la verdad, a Dios y a mí. Sólo eso. Una simple proyección de mi mente donde puedo corroborar si estoy siendo o no.

¿Siendo?

Si. Simplemente viviendo los atributos del ser (felicidad, dicha, paz). Y con ésto lo demás viene a mí.

Es decir, si afuera veo que se está manifestando lo que deseo, es que voy bien, me siento bien, estoy viviendo conforme a la verdad.

Y si por el contrario, veo que estoy manifestando cosas que no, regreso a mi centro para practicar la información que platicaré en mis siguientes blogs.

Por ahora he platicado solamente de conocimiento básicos; pero a partir del siguiente blog, ya platicaré herramientas prácticas que te acercarán a tu centro, a ti y a tu verdad.

Considerando que la verdad es un eterno presente, unidad, amor, paz y dicha.

Entre mejor logro vivir en el presente en amor, paz y dicha; afuera va reflejando esa armonía.

Cada situación que he vivido, me recuerda que:

  • Afuera sólo es una proyección de mi interior. Porque el significado se lo brindo yo.
  • Que nada afuera de mí, me dará la felicidad, el amor o abundancia, porque afuera sólo son átomos vibrando, sin significado. No hay nada realmente.
  • La paz y felicidad realmente vienen del silencio que alberga mi interior.

No saben qué maravilloso es vivir, libre, despreocupada, descansada, feliz.. simplemente viendo como afuera se acomoda todo, para vivir el día que quieres, como un sueño feliz.

Llegar a vivir esto implica un desapego total a la forma física. Es desear algo por gusto, y no por necesidad. Esté o no esté, no importa pues ya eres feliz.

Por lo pronto hoy toca compartirte un ejemplo donde he tenido que aplicar los siguientes 4 conocimientos (del 7 al 11vo):

  • La voluntad
  • La rendición
  • El perdón
  • La lección final
  • Tu centro

Te platicaré como era pensaba y actuaba ANTES de saber estos conocimientos y como DESPUÉS.

ANTES

Desde que nací mi comportamiento ha sido guiado por mis padres, escuela, tele, etc. Mis deseos igualmente fueron inspirados por los valores de cada una de las personas con las que estuve conviviendo durante mi vida.

Situaciones muy lindas como haber vivido con mis papás después de casarse tipo luna de miel para mí. Y lo sé por los álbumes de fotos que aún guardo, donde narran lo bien que la pasábamos juntos. Mucho amor y atención.

Pero también he vivido situaciones difíciles como cuando se desintegra mi familia. Mi papá se queda viviendo en México, mientras que mi mamá y yo nos vamos a Tecate, Baja California. Cada vacaciones visitaba a mi papá. Me la pasaba increíble con él, pero siempre terminaba en despedida. Con mi mamá la relación de ser muy cercana, fue cambiando porque tenía que trabajar todo el día, y ni siquiera comía con ella.

La forma en como mis padres llevaban sus relaciones, más los sueños vendidos de las novelas y cuentos de caricaturas que llegué a ver de niña, fue lo que yo fui adoptando. Y viviendo. Si bien, tuve mis etapas de éxito en mis relaciones, sólo eran efímeras y porque alimentaban mi ego.

Cada que conocía a un chico que me gustaba, yo sentía, como en las películas, ese deseo inmenso de estar con él. Ni lo conocía pero me armaba mis historias. Así como mis padres me demostraban su amor, yo igual demostraba mi amor hacia los chicos, a través de tiempo y regalos. Normalmente mis relaciones terminaban muy rápido; tal como terminó las de mis papás. Y me queda claro que hay personas no repiten sus historias, pero no fue mi caso.

Por alguna razón, durante casi toda mi vida, tuve un gusto muy grande por el drama y el sufrimiento. Y culpaba a mis padres, a las parejas, a todos. ¡Menos yo claro!. Así era Ariadna. Enamoradiza, pero igual se desenamoraba con la misma facilidad.

Entonces ya en épocas recientes, cuando decido practicar toda esta nueva filosofía; me topo con un chico con quien sentí mucha atracción. Ariadna de toda la vida salió a flote y casi sin conocerlo, mi mente comenzó hacer mil planes en mi cabeza, y estaba dispuesta a todo. Sin cuestionar mis locas ideas, me atrapaba el sueño que generaba alrededor de él.

Y todo esto era así porque, aunque ya sabía mucha información; las reacciones automáticas surgieron. Y en este caso, mientras me generaba felicidad, yo encantada de escribirme con él. Creía realmente en mis fantasías, sobre todo porque me inspiraban, me llenaban de felicidad. El problema comenzó cuando de repente, sus  mensajes no eran tan rápidos como quería. Eso me estresaba muchísimo, dado que toda mi atención se volcó hacia él. Pensaba muchísimo en él durante el día. Y al ser consciente de esto, me molestaba porque sentía que no podía disfrutar mi día por estar pensando a qué hora me escribiría.

Y luego se tardaba mucho en contestar. No sabía cómo manejarlo. Me generaba mucha ansiedad. La primera reacción que tuve fue refugiarme en la seguridad del dinero. Así que comencé a comprarle cosas. Inconscientemente pensaba que el remedio era comprar su cariño y atención para que no se fuera, o me escribiera más. Porque si llegué a pedírle que no se ausentara tanto, que, si quería más dinero, tenía que estar cercano a mí, “ser equipo”. Él me decía: me falta x cosa, y yo; se lo daba porque me nacía; pero en el fondo sabía que no era lo correcto porque luego era contraproducente; ya que pensaba que realmente no le interesaba mi persona, sino sólo lo que le daba.

Pensaba esto porque su trato no era el mejor. Me dejaba plantada, me cambiaba los planes, perdía dinero en reservaciones porque al final no podía estar conmigo. Me prometía una cosa y terminaba siendo otra. Me dejaba con ganas. En fin.

Gracias a Dios yo ya había tenido un par de personas en mi vida con quienes conocí que era realmente amarme, interesarse en mí y tener compatibilidad maravillosa. Así que era muy fuerte el contraste entre su forma de ser, y a lo que yo, ya estaba acostumbrada.

Entre el estrés y no sentirme valorada, yo quería irme y dejar la relación. Pero no lo hacía porque pensaba que si lo hacía, volvería a tomar el camino de siempre.

Además pensaba: “él es mi espejo, si me siento con ansiedad, soy yo. No él”

Así que duré como un mes y medio trabajando mi ansiedad, sin quitarlo a él del mapa. Hasta que un día que vi como de verdad no le interesaba mi persona (al menos ese era mi juicio), que decidí dejarlo de un momento a otro, porque no logré encontrar como dejar de necesitarlo en mi vida. No era capaz de hablarlo porque cuando lo había hecho, siempre terminaba de nuevo en sus brazos y enamorada de él. Así que con todo el dolor de mi corazón un día le dije que lo bloquearía porque no podía más con la situación.

Dejarlo así me dio un alivio porque en el fondo sabía que un chico así no era lo mejor para mí, sin embargo sólo me duró 3 días cuando comencé a inquietarme de nuevo. Y a los 11 días ya le estaba escribiendo que lo extrañaba.

¡Lo necesitaba para seguir justificando mi dolor!

Ya sabía que afuera nunca está el problema y menos la solución. Es decir, dejarlo no era la solución, porque “el chico como tal” ni siquiera era el problema.

El problema está en nosotros y va con nosotros. Por eso repetimos lo mismo no importa si es Juan o Pedro o Pepe. Da igual el chico. Las personas sólo sostienen el espejo para ver nuestro interior.

Era una obsesión pensar en él, que me molestaba muchísimo. Despertaba y pensaba en él. Entonces yo decía, pues él es el problema!! Jaja, pero no. 

Después de que lo dejé y luego le pedí que regresáramos, me di cuenta que no estaba solucionando el problema realmente. Así que, decidí practicar ya en serio el conocimiento.

Paso 1:

Recordé el conocimiento 4: la vida un espejo. Y decidí ya no meter al chico en el tema y mejor trabajar conmigo.

Me dije: “Afuera sólo es un reflejo de mi interior. ¿Qué me está mostrando?”

Y lo que vi fueron unas inmensas ganas por entender el por qué no me escribía. Y pensé “Ari el tema no es con él. ¿Por qué tanta necesidad? A quien te recuerda. Que de tu pasado estás proyectando en él. Lo que ves, es sólo una proyección que no te deja vivir tu vida.” Entonces con mis ojos cerrados, enfocada en mi sentir y pidiendo entender.. fue que  me di cuenta que había una niña en mí que quería entender por qué su papá no la buscaba, si se supone que la quería tanto. Y preguntaba: “¿Por qué? Y a respuesta me llegó: así como tú estás obsesionada con una persona; tus padres también estaban obsesionados con otro sueño. No es que no te quieran, más bien estaban dormidos soñando otro sueño. Tal como te sucede a ti con tu hija.” Entonces me di cuenta que yo estaba haciendo lo mismo con mi hija sin darme cuenta y claro que yo la amo. Me di cuenta entones, que estaba haciendo lo mismo que mis padres y pude entenderlos con muchísima compasión y dolor. Y perdonarlos.

Después de entender, integrar, perdonar y sanar; sentí muchísimo alivio y paz.

Hasta aquí voy a poner pausa para evidenciar los conocimientos:

La voluntad:

Los pensamientos sobre él me llegaban. No era algo que pidiera, sino que simplemente surgían porque así tenía que ser, para verme y aprender algo.

Rendición:

No fue sino hasta que dije, ya no puedo más con esta situación, que decidí aplicar el conocimiento 4.

Perdón:

Perdoné a mis padres, pero sobre todo a mi misma por generar un sueño alrededor de una persona inocente. Me perdoné por culparlo de mis propios juicios y pensamientos.

Lección final:

Entendí la necesidad de entender, y gracias a que lo entendí dejé de sentir esa ansiedad. Y de estar pidiéndole al de enfrente me escribiera.

Al siguiente día volví amanecer con el pensamiento y dije “ A ver.. aquí hay algo más que debo sanar”. Si regresa la emoción es que falta entender o sanar algo más.

Así que nuevamente decidí meterme a mi interior. Y ésta vez me di cuenta que mi pensamiento sobre él me enojaba muchísimo. Yo le echaba la culpa a él. Pero él no tenía nada que ver. Él sólo sostenía el espejo para verme; pero yo rehusaba verme. Yo quería seguir echándole la culpa, hasta que dije: “a ver Ari. Es evidente que el de enfrente no tiene nada que ver con tu conflicto. Estás proyectando una imagen que no es de él. ¿Por qué te molesta tanto ese pensamiento? Y así fue como llegué a una imagen mía de una niña en una cama obscura; donde la niña sentía un amargo dolor y falta de entendimiento de porqué pasaba eso si se supone que me quería. 

Ya había entendido y perdonado a mis padres; pero me faltaba estar con esa niña y ayudarle a sacar su dolor. Así que en mi imaginación pude abrazarla, entenderla, y decirle “híjole, entiendo que está super difícil de entender ésta situación. ¡Yo apenas lo entendí ayer!. Te entiendo.” Mientras yo lloraba y lloraba amargamente. Y después de que lloré su dolor, le dije abrazándola que ahora yo me haría cargo de ella. Que estaríamos bien.

Con mi imaginación transformé el pensamiento que tenía de una imagen que me molestaba, a otra imagen de color pastel rosa y llena de burbujas de amor. Y de esa forma, si llegaba a mí, ya no me molestaba el pensamiento.

Y gracias a eso, no volví a pasar más una situación de ansiedad y estrés con ese chico. Y pude por fin dejarlo con paz y agradecimiento por su presencia en mi vida,  al permitir verme y sanar todo ese dolor que estaba en mí.

Mis aprendizajes con este chico fueron:

La felicidad no está en una pareja o persona. Recuerdo perfecto como llorando decía: “es que yo solo quiero tener una pareja”.

Pero en realidad, no la quería. De hecho dejé a este chico cuando más me escribía, más apegado a mi estaba. Y me pasa que chicos interesados los bateo.  Entendí que más bien me gustaba la mala vida. Jaja

De hecho tuve que aceptarlo. No fue sino hasta que lo acepté, que pude salir del hoyo. Él siguió siendo mi amigo, pero ya sin estrés de nada.

Nos vemos en el siguiente blog

-Ariadna Salazar León