11vo conocimiento: Tu centro

La mejor forma de ser feliz y mantener esa felicidad, es recordando tu centro. El enfoque o tu atención es lo que te lleva a tu centro.

  • Si estás enfocado afuera, estás lejos de tu centro.
  • Si tu atención o enfoque está:
    • En ti,
    • En tu sentir y
    • En el reconocimiento de que, si quieres.., puedes ya.., aquí y ahora.., sentir eso que quieres.

Ese es tu centro.

Repito:

Estás en tu centro cuando te sabes la fuente de tu sentir.

Y por lo tanto tu atención está hacia ti. ¡No afuera!

¿Quieres felicidad?.

Tienes la capacidad de sentir lo que quieras aquí y ahora sin necesidad de ver algo manifestado físicamente.

¿De verdad?, claro que sí.

¿Cómo te lo demuestro?

La mayoría de las veces estás físicamente en un lugar tranquilo, rodeado de tranquilidad, nada está pasando y.. ¿qué crees? Tu cabeza está vuelta loca, pensando mil cosas, te sientes mal, o quizás bien. No sé. Pero date cuenta que la mayoría de las veces tu sentir viene de algo que no está aquí físicamente.

Como diría mi amiga Rous Orozco: Todos tus problemas están en los recuerdos.

Entonces siempre estás sintiendo por algo, que la mayoría de las veces ni siquiera está en el presente.

Sé que la mente te dice que te sientes mal, por lo de afuera. Pero es que ese es precisamente el error de la humanidad. Y por eso perdemos el centro.

Pero has la prueba.

Así como puedes sentirte mal por andar recordando algo que ya pasó.. o sentirte preocupado por estar pensando en un futuro que aún no ha llegado. Es lo mismo con tu decisión de sentirte bien. La única diferencia es la imagen que estás viendo inconsciente o conscientemente en tu cabeza.

Si no somos felices aquí y ahora, es simplemente porque se nos ha olvidado que  nuestro sentir viene de las imágenes inconscientes que nos estamos proyectando sin darnos cuenta.

Por eso la importancia de ubicar tu centro y no perderlo.

Mientras no pierdas tu centro, lo demás puede ir y venir. Y cambiar.

Tu centro es esa parte de ti que no cambia, que siempre está presente y que está conectada a la inteligencia que crea todo.

Tu afuera y tu sentir corresponden todo el tiempo.

Afuera no hay mucho que podamos hacer. Controlar todo lo que ves afuera, es complicado y casi imposible.

Por eso la atención debe ser hacia el origen, hacia tu interior, hacia tu centro.

No pierdas de vista tu centro nunca.

Porque si lo pierdes de vista, te perderás en la ilusión de “afuera”, que sólo es una imagen holográfica que refleja tu mente.

Yo le llamo centro, porque es regresar al origen de todo, a tu verdadero ser.

Es recordarte la verdad de quién eres. Como conciencia, silencio y paz.

Desde aquí todo se ve diferente. Porque te contemplas como un ser total y completo.

Y ves tu afuera tal como es: sólo una proyección de tu loca mente que anda del tingo al tango sin parar.

Cuando vives desde aquí puedes ver los deseos mundanos en el ámbito físico, como lo que son: simples resultados de tu ser. Y que te indica que tan alineado estás al todo, a tu ser y a la paz que eres.

Cuando vives desde tu centro puedes ver el “afuera” o la manifestación física, no como aquello que te hará feliz, sino como aquello que demuestra tu felicidad.

Es decir, que es gracias a la dicha que albergamos, que creamos dicha en el ámbito físico.

Cuando andamos navegando por la vida con la bandera de: “Necesito..”, “Tengo que..”, “Debería..” lo único que encontraremos es tristeza, dolor, decepción y preocupación.

Reconoce que todo lo que deseas es intangible. Tu mente lo quiere ver físicamente porque piensa que está en la materia la felicidad. Pero realmente, no hay nada en el ámbito físico que te de la experiencia intangible que aquello que deseas.

Eso lo compruebas, cuando ya lo tienes, y al siguiente segundo, te decepcionas porque no era como pensabas.

Mi sentir viene de mí, nunca de afuera. Porque afuera ni siquiera existe separado de mí. Ese afuera soy yo. Experimentándolo. Siempre cada juicio que emitimos habla de nosotros, de nuestro nivel de conciencia y entendimiento. Es escupir hacia arriba, diría mi amiga Rous Orozco.

Entonces, dejemos ya de buscar para no encontrar. Pues nada afuera de ti, te dará la satisfacción y felicidad que ya eres.

Si decides vivir esta experiencia aparentemente física, es porque quieres experimentar algo por gusto, no por necesidad.

Ejemplo:

Sé lo que quieras ser, sólo por el gusto de ser quien quieras ser. Porque ya eres todos los personajes.

Aparentemente te dieron un personaje ya de fábrica cuando llegaste a ésta experiencia, pero ese disfraz, sólo es un grupo de pensamientos que decidiste creer. Cuando quieras puedes quitártelo y ponerte algún otro que se te antoje creer.

Sé que no es fácil quitarse un disfraz, eso me queda claro porque me ha tocado vivirlo con lágrimas en los ojos. Creía que el disfraz era yo misma, y quitarlo se sentía como ir contra mí misma. Una parte de mí que le encantaba el disfraz de “necesito amor”, contra la otra que dice: “Ari ya bájale 2 rayitas, no te hagas la sufrida y ya párale a tu desmadre”.

Es estar soñando mi historia de “ser la sufrida” a una luz en el sueño que me dice: “Ari, ¡es un sueño!, despierta. Si no te gusta el disfraz, pues elige otro y ya!” Y luego entender que el otro también tiene un disfraz, mismo que tú le pusiste, pues participa en tu obra de teatro; es también algo difícil.

Pero por algo se comienza.

El paso uno sería, decide dejar tu disfraz de “necesitado, sufrido, engañado, pobre” y así la larga lista.

¡Sé que has vivido con ese disfraz desde hace años!.  Pero si no te gusta, en verdad que puedes decidir otro que te brinde más paz y felicidad.

Entonces cuando digo vive desde TU CENTRO, me refiero a siempre recordar que TU YA ERES TODO, completo, pleno, amoroso, feliz y abundante. Que tienes la capacidad de ponerte cualquier disfraz cuando quieras.

Que no necesitas de una persona, un billete, un resultado, un trabajo. Sé que el disfraz lo quiere con todas sus ganas, pero no es por ahí. Si de verdad lo quieres, tendrás que regresar a tu centro y decirte: “!Ey!, quieres eso porque crees que eso te dará la felicidad, la paz, el amor que andas buscando. Pero no es así. No está afuera. Afuera no hay nadie ni nada. Eres tú mismo con tus propios pensamientos.”

Otro ejemplo es que yo estaba buscando una pareja que bailara bachata, que me gustara, fuera compatible conmigo en la intimidad, que tuviera dinero y tiempo para viajar conmigo. ¿Y qué pasó?

Me perdí.

¿Cómo? Si me perdí desde el momento en el que decidí buscarlo.

¿Por qué lo busco?

Porque creía que esa persona me dará la experiencia feliz que busco, es decir: perdí mi centro.

Mis ojos se fueron a ver la ilusión de aparentes cuerpos físicos. A buscar quién pudiera cumplir con aquello que necesitaba para ser feliz.

Entonces había 2 opciones:

  1. Comenzar la experiencia de “quiero a una persona, porque no la tengo”
  2. Comenzar la experiencia de vivirlo aquí y ahora.

La primera, y que realmente me pasó, fue así:

Mi sentir de búsqueda afuera hizo que atrajera a mi experiencia una persona ausente. No tan segura de querer estar conmigo. Lo cual reflejaba justo mi sentir.

En el fondo de todo quería a alguien porque inconscientemente pensaba: necesito a alguien, no me tengo, no soy suficiente, hay ausencia.

El origen del deseo es la ausencia. Entonces, eso es lo que veía en el de enfrente y así se portaba tal cual.

Aquí entendí que la ausencia que veía afuera, era mi propia ausencia de mi misma. Al no reconocerme, no sentirme, no verme; y por eso quería y pedía al chico me escribiera, me observara y acompañara.

Cuando lo entendí, cambié el enfoque.

Pasé de pedir afuera, a regresar a mi centro. Y al hacerlo así, todo comenzó a ser diferente.

En resumen de todo esto es:

Enfócate en ti

Observa tu sentir

Encuentra la emoción que buscas detrás de aquello que deseas y bríndatelo tú.

La felicidad es más una decisión que algo físico.

Lo físico sigue a tu sentir.

Y recuerda:

Estar en mi centro es recordar que el origen de todo comienza y termina en mí.

Reconozco que tengo la capacidad de sentirme como yo deseo.

Si me siento mal es porque hay algo en mí que lo está generando. Me pregunto qué es, escucho mi respuesta, me perdono y elijo diferente.

Afuera sólo refleja mi sentir.

-Ariadna Salazar León