Noveno conocimiento: El perdón

El día de hoy vamos a platicar acerca del perdón. Existen dos formas de interpretarlo, uno desde la mentalidad de separación y otro desde la unidad.

Desde la separación, el perdón surge cuando crees que alguien te hizo algo y entonces necesitas perdonarlo. Aquí hay implícito los conceptos de:

  • Culpa: por culpa de x persona yo me siento así.
  • Juicio: el que me lastimó está mal y yo bien.
  • Error: no debió pasar, debió ser diferente
  • Tiempo: Recuerdo que me hiciste algo y por eso debo perdonarte

Todos estos conceptos son del sistema de pensamiento del ego. Y no es la forma en la que quiero que vivas el perdón; porque hacerlo así:

  • Pierdes tu poder
  • Te sientes víctima
  • Se presta a una ilusión de superioridad o manipulación
  • Y lo peor de todo, es que mantienes vivo el sufrimiento

Ahora toca conocer una mejor forma de interpretar el perdón, misma que viene desde el sistema de pensamiento basado en la unidad. Para ejercer el perdón necesitas reconocer que:

  • En la dimensión física: el cuerpo físico es una ilusión porque sólo somos átomos vibrando
    • No estamos separados realmente
    • Nadie tiene el poder de lastimarte, salvo en la ilusión física.
    • Una herida física está sujeta a la ilusión del tiempo
  • En la dimensión mental: el único que puede lastimarte eres tu mismo con tu juicio, tu percepción y pensamientos.
    • Sanar una herida mental depende enteramente de nosotros y saberla manejar puede ayudar mucho a la recuperación física, si es que hubo una herida física.
    • Cada que tu dolor venga de un recuerdo pasado o futuro es una oportunidad para el perdón.
    • Nadie puede lastimarte mentalmente. Digan lo que digan los demás, lo único que importa es tu juicio y tus creencias. Nadie puede meterse a tu cabeza y pensar por ti.
  • Desde la dimensión espiritual: la verdad es que somos conciencia. No hay motivos para el perdón, pues nadie puede hacerte nada. Ni siquiera tu mismo. Por más pensamientos de horror que te cuentes y que te sientas lastimado, siempre tienes la oportunidad de detenerte y ver que realmente siempre estás a salvo. Siempre.

El perdón es una herramienta para las dimensiones física y mental; ya que te permite regresar a tu poder, reconocerte como un ser invulnerable y puedas vivir en la paz que ya eres.

El perdón se aplica cuando te cachas en una situación juzgada por ti como difícil o dolorosa y te dices:

  • Me perdono por pensar que estos pensamientos de dolor que sostengo, pueden hacerme algo; cuando realmente no me están haciendo nada.
  • Me perdono por pensar que el de enfrente me está haciendo algo, cuando en realidad el de enfrente ni enterado de lo que me pasa. Es decir, cada quien en su mundo y yo acá sufriendo.
  • Me perdono por contarme historias de terror que me tienen asustado.
  • Me perdono por traer a mi presente un recuerdo triste, nublándome así, la belleza que es la vida.
  • Me perdono por culpar a las situaciones por la elección inconsciente que hago de mis pensamientos; y que es lo que realmente me tiene así de mal.
  • Me perdono por juzgar al de enfrente pues realmente, es mi propio juicio el que estoy padeciendo.
  • Me perdono por pensar que sé más que la vida. Me perdono.
  • Me perdono por desear algo que no me dará la felicidad, pues la felicidad ya está en mí.
  • Me perdono por pensar que tengo un vacío, que llenar con cosas, cuando en realidad ese vacío no existe.
  • Me perdono por desear algo específico, cuando la felicidad está en saber disfrutar todo; pues todo es parte de mí.
  • Me perdono por sentirme sola y triste; cuando en realidad soy acompañada por la existencia y me ama.
  • Me perdono por ver escasez en lugar de abundancia.

Tu ser es invulnerable. Eres conciencia que está más allá del tiempo y el espacio. Más allá de tus pensamientos o emociones. Mas allá de lo físico.

Hablo de esa conciencia que siempre está presente, observando todo, invulnerable a cualquier pensamiento, emoción o herida física. Porque nosotros no somos nuestros pensamientos, ni nuestro cuerpo físico. Ambos están sujetos a cambios todo el tiempo; pero nuestra conciencia no. Es totalmente inmutable y eterna. Vivamos desde aquí. Y para experimentar tu vida desde aquí es tan simple como quererlo recordar y entregar todos los pensamientos que te impiden verlo.

Gracias a que nuestra conciencia nunca cambia y está siempre presente, es que podemos ver afuera todo el movimiento. Nuestra conciencia es el punto fijo desde el cual observamos los cambios constantes del afuera. O al menos eso creemos: que hay una afuera, pero es nuestra propia proyección mental.

Cuando te das cuenta de que existes como conciencia y vives desde ahí, puedes conseguir una recuperación rápida en lo físico y una pronta paz en tu mente y corazón.

Si crees que alguien te lastima ( y no es una herida física), como afuera sólo es un espejo, en realidad la única persona que se lastima eres tú mismo. Cada que piensas que te lastiman, te estás lastimando tu. Es tu juicio sobre el otro el que te lastima. Pero ese juicio habla más de ti que del otro. Pues no tienes acceso al de enfrente.

Y aunque te diga verbalmente que si quiere lastimarte; al final las palabras y pensamientos no significan nada. Puede decirte mil y un cosas la persona, pero quien decide la interpretación de eso eres tú. Tu eres el que le da el poder, el valor e interpretación a las palabras del otro.

Aquí en este ejemplo, donde alguien te dice algo y sientes que te lastima, lo que más te conviene es detenerte un instante y mejor reírte y ya. Reírte de tu reacción automática. Porque en esa pausa reconoces que nada puede hacerte las palabras del otro. Sólo tu propia interpretación.

Porque la palabra no significa nada, salvo el significado que tú le des.

Y aquí aplicaría decir: me perdono por pensar que una palabra puede lastimarme, pues realmente mi ser es invulnerable y yo soy quien le da el significado a todo. Me perdono por darle un significado que va en contra mía. Me perdono por sostener pensamientos negativos sobre mí misma (o). Entrego estos pensamientos a mi ser superior para su corrección, visión, luz y amor.

Recuerda

Tu ser es invulnerable

No hay nada que perdonar, salvo perdonarte por olvidar quién eres. Eres conciencia. Y tú decides que creer y que visión elegir.

-Ariadna Salazar León