Los pensamientos

Este blog es continuación del anterior donde platicaba que “afuera” es una ilusión creada por la mente para verse y experimentarse a sí misma. Hoy voy hablar de los pensamientos ya que son parte fundamental de la ilusión.

La mayoría de las personas no presta atención a sus pensamientos, ni son conscientes de su interior.

Por eso cuando sufren, le echan la culpa al de enfrente o a la circunstancia, pero realmente, investigaciones científicas actuales como la de David del Rosario, nos dice que:

Las cosas que pensamos no se generan por estímulos externos, sino que han sido fabricados por nosotros mismos.

Si creemos que el problema y la solución está en las cosas externas, es porque sólo vivimos en automático y ya. Sin observarnos. La razón por la que no nos damos cuenta de la ilusión es porque nuestra atención permanece todo el tiempo hacia “afuera”.

Es como ver la pantalla de tu computadora y creer que es todo lo que hay.

De repente se te ocurre observar más allá de las apariencias y te das cuenta que hay un origen de lo que observas. Y ese eres tu.

¿Qué es un pensamiento?

Los pensamientos son energía sin tiempo. Compartimos los pensamientos como compartimos el aire.

Energía disponible para todos y es la misma energía que nos mantiene a todos en ésta experiencia.

Sin tiempo porque no importa si lo pensó mi tatarabuelo o mi hija. Todos los pensamientos están disponibles para que los elijas en el presente, o bien, para que simplemente te lleguen.

  • Si vives en el automático, cuando los pensamientos te llegan, reaccionas y lo primero que se te ocurre es que afuera está la causa de esa reacción.
    • No te das el tiempo de ver que la causa fueron tus juicios acerca de esos pensamientos que llegaron. El cerebro sólo lanza pensamiento y ya, porque esa es su función. Y nosotros en automático le asignamos un valor de acuerdo a tu historia. Todo esto como un proceso automático inconsciente.
  • Si vives despierto y consciente: ves los pensamientos como una propuesta de tu cerebro. Una posibilidad y ya. No como hechos reales. Entonces llegan, los ves, los sientes y tú decides si lo cuestionas, si te gusta o lo cambias por otro. O simplemente los observas y ya.

Ejemplo: Un pensamiento que pensó mi abuela, que luego pensó mi mamá y ahora llega a mi mente: ¿Que hago yo? Opciones:

  • Hacer lo mismo que ellas, porque es lo automático. Por amor a ellas. Por costumbre, por gusto. O por enojo.
  • Observarlo. Observar tus reacciones cuando tienes ese pensamiento. Y decidir no hacer nada. Nada. Nada. Pero nada.

¿Por qué no hacer nada?

Porque un pensamiento no significa nada.

Si haces algo, le das valor. Le das tu poder. Es como cuando vas al cine y ves una escena que te hace sentir mal. Observas y no haces nada porque sabes que realmente no significa nada. Que sólo es una escena inventada por alguien y que no puede hacerte nada. A menos que te metas mucho en la película si comienzas a sufrir las escenas. Pero realmente no te está pasando nada.

Con los pensamientos es igual. Un pensamiento pasa por tu mente y ¿qué haces?, si te estresó es porque te creíste demasiado el pensamiento, lo diste por un hecho, te lo creíste, le diste valor y crees que es real.

Hace unos días que escuchaba la conferencia de David del Rosario, acerca de la neurociencia aplicada, aprendí que:

Así como el corazón está diseñado para bombear sangre y no hay nada que puedas hacer, o como los pulmones que su función es respirar y no hay forma en la que decidas dejar de hacerlo, igualmente el cerebro su función es pensar. Es decir, simplemente sucede.

El cerebro lanza un pensamiento como una propuesta simplemente, no como un hecho. Si tú le prestas atención ya sea porque no lo quieres, lo rechazas, lo quieres cambiar, o te resistes; lo que hace el cerebro es que te lo volverá a mandar de nuevo. Porque el cerebro registra que si lo estás usando (para bien o para mal) pero si lo usas.

Si en lugar de ello, no haces nada, dejas de usarlo. Dejará de mandarte ese pensamiento.

No hay nada independiente de mí. Afuera es un pizarrón en blanco. Y mi mente le da el significado a lo que ve. Mi mente le da la forma, el espacio y el tiempo.

Todo el valor o significado lo otorgo yo.

Un pensamiento por sí mismo no significa nada.

Si un pensamiento te duele es porque crees en él, y entonces padeces tu propia creencia.

Pero en sí, el pensamiento no puede lastimarte porque sólo es energía. Si es energía recurrente o pensamientos recurrentes, si se somatizan en el cuerpo generando alguna enfermedad. Pero todo porque tú estás eligiendo pensar ese pensamiento y porque tú le asignaste ese poder. Es tu poder contra ti mismo.

Cualquier dolor emocional, es creado por tus propios pensamientos; entonces ¿porque pensar que el de enfrente puede aliviar algo que lo está generando tus pensamientos?

El neurocientífico David del Rosario comenta que nada externo a ti, puede realmente generar un pensamiento. Siempre lo fabricas tu.

Si te duele, ubica el dolor en ti, en tus creencias, en tu historia que te cuentas. Y cuando admites que eres tú el que está generando todo; te perdonas, lo entregas, lo lloras y sólo así sanas.

Entiendo perfecto que los pensamientos se sienten y muuuuuuucho. Te llevan a tomar decisiones. Se sienten super reales porque hay una conexión entre tu cuerpo y el pensamiento. Pero aquí, elevar la conciencia significa, recordarte que no eres un cuerpo, ni un pensamiento.

En ésta ilusión tú crees que los pensamientos pueden lastimar. Y peor aún, que si emites pensamientos negativos contra la persona que aparentemente está enfrente de ti, es para que él se sienta lastimado, como si nosotros nos salváramos de sentirla también.

Y esta es la principal ilusión: creer que al pensar algo de alguien, se va el pensamiento. Pero no. El pensamiento jamás abandona su fuente. Tu sostienes el pensamiento, tú lo sientes, está en ti. Y  al pensar algo de alguien el principal afectado eres tú.

Si algo te duele. No busques afuera la causa. Porque si lo haces, ese dolor se mantendrá por mucho tiempo a modo de sufrimiento; y sólo estarás atrayéndote experiencias del mismo estilo, hasta que por fin; un día decidas dejar de ver afuera; para mejor verte a ti.

Reflexiona

Cada que piensas que el de enfrente es de una forma u otra, ¿por qué lo crees así?

  • Por lo que te dijeron,
  • Por lo que pasó,
  • Por lo que crees o imaginas.

Pero piensa.. ¿realmente tus juicios  definen a la persona de enfrente? ¿O bien te definen a ti?.

Date cuenta que cada juicio habla más de ti, que de la otra persona.

Cada juicio que emito hacia fuera, es un arma de doble filo donde el más perjudicado soy yo. Y esto es así porque eres yo soy quien siente y sostiene el juicio.

Si creo que el de enfrente me lastima, la realidad es que yo soy quien se está lastimando cada vez que pienso eso. O bien, me lastimo porque decidí inconscientemente “que era posible lastimarme”.

Es importante meditar, porque meditando logras observar el pensamiento y la emoción; de tal forma que es evidente que no eres ninguno de los dos; y que por lo tanto siempre estás a salvo.

Los pensamientos te permiten generar una experiencia, una percepción, un juicio, entender y ver el pasado sin estar en el pasado; o fantasear un futuro sin existir.

La mente vive de los pensamientos pasados y futuros. Esto no es ni bueno ni malo, el tema es si te da paz hacerlo o no.

Yo puedo decirte que cualquier pensamiento que te apropies, o te lo crees, te quitará la paz.

Si le preguntas a una persona que no es feliz, por qué no lo es. Sólo te dirá pensamientos 

La verdad de fondo es: silencio, paz y amor.

Los pensamientos, si los vivimos como reales, nublan ésta verdad.

Conceptos para practicar:

Los pensamientos no significan nada

Cualquier juicio que emito al de enfrente el más afecto soy yo

Que cualquier dolor emocional que tengo, el origen está en mi

Pensar en el pasado que no existe o en el futuro inexistente, no es ni bueno ni malo; más bien es preguntarte si te da paz pensar en el pasado/futuro o no.

El cerebro lanza un pensamiento como una posibilidad, no como un hecho. Está en mi decidir si te sirve o no ese pensamiento.

-Ariadna Salazar León