¿Qué es la vida?

Hoy compartiré con contigo el 4to conocimiento: La vida, un espejo.

¿Alguna vez te has preguntado para qué estamos aquí? O ¿Cuál es la razón o propósito de tu existir?

Muchas teorías e ideas han pasado por mi vida y seguramente también por la tuya.

Cada persona sostiene diferentes creencias y desde ahí tomando decisiones.

 Pero, ¿Qué es verdad?

En blogs anteriores te propuse juzgar el conocimiento que te brindo por los resultados.

Así que te invito a poner a prueba el conocimiento, con honestidad. Porque recuerda que tenemos dos tipos de pensamientos: conscientes e inconscientes. Los primeros son los que puedes identificar y conoces muy bien. Los segundos, no tienes ni idea de que eso pensabas.

Existen dos formas de conocer tus pensamientos inconscientes (desconocidos):

  • A través de tus emociones y
  • Por lo que “ves afuera” de ti

Entonces la vida te permite conocer tus pensamientos y creencias inconscientes. ¿Para qué necesitas conocer tus pensamientos inconscientes?

  • Para cuestionar tus creencias inconscientes, y reemplazarlas por otras que te den paz.
  • Para brindarte la libertad de decidir qué quieres experimentar, y no sólo sentirte víctima de tu inconsciente. 
  • Para recordarte que no eres el personaje que te inventaste.
  • Para crear de forma consciente el sueño feliz que quieras, en lugar del sueño heredado de dolor.
  • Y lo más importante: para darte cuenta que todo comienza y termina en contigo.

En primera instancia puede que no estés de acuerdo, pero eso es así porque no te atreves a seguir el camino emocional y de autodescubrimiento.

Las personas huimos de las emociones dolorosas o escalofriantes, porque, al sentirse en el cuerpo de forma desconocida, preferimos no meternos con ellas. Pero atreverte a explorar tu ruta emocional, después de la tormenta,  tendrás paz y sanación.

De hecho todo lo que vivimos tiene esa finalidad: entendimiento, sanación, perdón e integración a ti. Recordarte que afuera sólo es un espejo. Y si te duele, es porque está en ti aquello que lo está generando.

Para atreverte a explorar tus emociones, es importante sentirte acompañado de esa parte sabía y amorosa que no juzga y también recordarte que eres invulnerable ante los pensamientos que puedan surgir.

Todo lo que padeces, es siempre contigo mismo.

 El problema nunca está afuera.

 Tu eres el que “ve el problema afuera” porque así nos enseñaron.

Cualquier película o programa de televisión recalca que afuera es el villano, el malo, el problema. Y afuera la solución. Pero es totalmente erróneo.

La vida es sólo un espejo de tus creencias inconscientes. Cuando tengas fe en esto y decidas explorarlas; comprobarás la veracidad de éste conocimiento.

Cuando dejes en paz “el afuera”, y decidas ver en ti eso que pides, dártelo o solucionarlo tu contigo; entonces cambia la dinámica de tu afuera.

Porque el control remoto de la vida no está afuera. Está en ti.

Tu eres la fuente.

Un ejemplo muy sencillo que me ocurrió cuando recién lo aprendí, era que una pareja que tuve, no me hacía caso cada que yo le hablaba. Me ponía triste, enojada, le reclamaba y le pedía que apagara la tele para que por favor me prestara atención.

Aquí tenía dos opciones:

  1. No aplicar éste conocimiento. Seguir insistiendo que me prestara atención, seguir poniéndome triste. Pero si no lo aplicaba, entonces lo que sucedería, es que volvería a repetir una y otra vez la misma situación en mi vida. Con x o y, pero volvería a presentarse la situación.
    1. Porque al final la lección que la vida quiere que aprenda es que Soy Amor, Estoy Completa. Yo Soy.
  2. Si aplicar el conocimiento

Entonces, esto que pasó hace 4 años, la siguiente vez que pasó la misma situación, donde no me hacía caso; al sentir otra vez la reacción automática de reclamo y dolor; pensé: “Ari.. que le vas a reclamar a un espejo. SI eres tú. Lo que le pides al espejo es pedirte a ti realmente. Entonces deja ya de pedirle y mejor toma la responsabilidad de dártelo tu”

Así fue como decidí dejar de ver a la persona, y mejor verme a mí y preguntarme: “Qué necesito? ¿Qué quiero decirme que no me hago caso? ¿Qué quieres?.

Y gracias a que me escuché, me tomé en cuenta y me hice caso; fue que no volví a repetir una situación así. Al menos no con él, porque ahí mi error fue haberlo dejado. Lo dejé porque aún pensaba que él era el problema.

Ahora me enfrento a una situación similar y hoy decido, aprender la lección real.

Que soy amor, que no necesito nada, que estoy completa. Que el de enfrente es mi espejo. El de enfrente es inocente y es amor como yo.

Hoy después de sanar el dolor detrás de mis pensamientos inconscientes, por fin, ya sin dolor, puedo identificar claramente mi personaje inventado y el personaje inventado de la persona con la que me estoy relacionando. Veo los personajes y digo: “Esto que veo sólo son las características de un personaje. Yo no soy mi personaje. Tanto la persona de enfrente como yo; somos más que personajes.”

Entonces ya no rechazo más al de enfrente, porque rechazarlo, es rechazarme. En lugar de ello, elijo perdonarme por creer en el personaje inventado y perdono al de enfrente.

Ahora puedo verlo con amor, compasión, ser feliz y seguir mi vida; eligiendo otra experiencia.

La historia de lo que pasé en éstos días para llegar a la lección final, se las contaré en los siguientes blogs.

Por lo pronto, recordarles que todos vivimos en el automático porque somos una sola mente. Pero podemos volvernos observadores y cambiar  la visión.

Si no ejerces tu poder o no te reconoces como la fuente; entonces actúas como el colectivo.

Para practicar

Afuera no hay personas independientes a mí. Todo lo que veo en ellos, es a mi misma.

Lo que veo son mis propios pensamientos

Afuera sólo me permite ver mi interior e inconsciente.

Estoy aquí para verme, sanar, conocerme, integrarme y ser feliz

-Ariadna Salazar León