- 4 mayo, 2022
- Escrito por: Ariadna
- Categoría: Cambio Paradigma
Como platicaba en el Blog anterior, nosotros ya somos creadores o manifestadores por naturaleza. El tema es que lo hacemos sin darnos cuenta. No sabemos la magia que albergamos.
Nos creemos nuestros propios cuentos y padecemos nuestras propias creencias.
De acuerdo al libro “El paradigma de la prosperidad”, de Steve D´Annunzio; existen 3 formas de manifestar cambios en nuestra vida: desde el ámbito físico, mental y espiritual.
La forma tradicional o más utilizada para lograr tus metas es el ámbito físico porque es la que ven nuestros sentidos. El autor del libro pone un ejemplo: imagina que quieres comer unas fresas. Si lo haces desde el ámbito físico, haces tu esfuerzo de salir de casa, caminar al mercado e ir por ellas a comprarlas.
Otro ejemplo que me aplica es, qué si quiero lograr la venta de un producto financiero, mi enfoque siempre será en hacer llamadas, pedir referidos y tener muchas citas. Enfoque en la actividad física. Aprender el speech, decirlo muchas veces.
Las desventajas de manejarte desde este ámbito es que: te cansas y no llegas a mucho alcance por tus propios medios físicos.
De hecho, es curioso darnos cuenta que las personas que más ganan dinero son las que menos trabajan.
Por otro lado, tenemos el ámbito mental. Aquí entra todo lo que implica, planear, controlar, diseñar, prever, imaginar, visualizar.
En el caso de las fresas, puedes diseñar la estrategia para hacer que otros las traigan para ti y tú sólo dar la orden y supervisar.
En mi trabajo, implica diseñar estrategias que nos permitan cerrar más rápido una venta. Ser más eficientes preparando nuestra semana con objetivos claros, visualizarnos en el resultado, leer sobre como lo hacen otros asesores exitosos, etc.
Los contras de este ámbito es que normalmente nuestra mente piensa como quiere las cosas, se prepara, imagina, visualiza, pero, aun así; no ocurre lo que queremos. Yo puedo agendar a 15 personas, estar super preparada, con los mejores speech de ventas y aun así no llegar a la persona que quiere y necesita el producto.
Por más visualización, frases positivas, preparación y conocimiento. Nomás no llega ese cliente, no cierras tanto como quisieras y te estresas porque la mente le gusta prever y controlar; y es imposible que controlemos todas las variables.
Por último, tenemos el ámbito espiritual: libre de control, desconocido totalmente, inexplorado.
Lo rige la fe, la confianza, el amor, la unión con todo; es como si la existencia completa conspirara a tu favor.
Las fresas te las llevan a tu casa una persona que se acordó de ti, y tu ni las esperabas que llegaran.
Cierras el negocio de forma natural, sin presión y de forma simple. O te llega de repente ese referido que no buscaste, y que se vuelve tu futuro cliente.
Así funciona el ámbito espiritual. Inesperado, maravilloso y milagroso.
Este blog tratará justamente de como manifestar lo que deseas desde este ámbito.
Así que nos vemos el viernes con la siguiente publicación.
-Ariadna Salazar León